martes, 23 de diciembre de 2014

Anfitriones e invitados






            En estas fechas tan entrañables tenemos la agenda a tope de celebraciones, compromisos, almuerzos, cenas y otros homenajes. (Dedicaré un post a los almuerzos y cenas de empresa porque no tienen desperdicio). A muchos nos toca ejercer de anfitriones y recibir en nuestros hogares. Vamos a repasar algunos trucos sencillos y básicos para hacer un buen papel a la hora de agasajar a nuestros invitados o de ser invitados a una celebración: 

            Puntualidad. Luis XVIII de Francia decía que “la puntualidad es la educación de los reyes”. Aunque no seamos de sangre real, es conveniente ser puntual a nuestra cita. Está permitido acudir cinco o diez minutos antes de la hora, pero no debemos llegar con más tiempo de antelación. Podemos incomodar a nuestro anfitrión y entorpecer los preparativos.


            Regalos. Es aconsejable agasajar a nuestro anfitrión con algún detalle. Los más idóneos son: un libro, una corbata, una botella de vino, un pañuelo, flores naturales, un centro de frutas frescas, etc. No es conveniente regalar animales (no son juguetes, demandan cuidados posteriores); pañuelos (presagian lloros, llantos y sofocones); cuchillos, navajas y utensilios similares (significan cortes y rupturas) y perfumes (son muy personales). Si en la casa hay niños pequeños, quedaremos muy bien si llevamos algún detalle infantil. A diferencia de otros países, en España es costumbre abrir los regalos en el momento de recibirlos.



            Imagen. “Es nuestro espíritu lo que vestimos, no nuestro cuerpo” (James Laver). Debemos recibir y asistir con una imagen aseada, adecuada y acorde a la hora y tipo de evento. Aunque en navidad queramos "vestirnos para la ocasión" y darlo todo, no vamos a la entrega de los Oscars. Los árboles de navidad  lucen mejor en pinos y abetos que sobre un humano.
 También es aconsejable acondicionar y equipar la casa para nuestros invitados. Colocar los abrigos de los comensales en un guardarropa o algo similar para no amontonarlos sobre una cama o sofá. Es muy probable que nos llevemos alguno que no sea nuestro. No llevarse los visones de suegra o cuñadas.   En los baños, no deben faltar  detalles como toallas, jabón de manos, papel higiénico y podemos incluir alguna colonia fresca.

Cuidado con las colonias y perfumes fuertes que pueden arruinar un menú. Es recomendable usar colonias livianas tanto las señoras como los caballeros. Abtenerse de Varon Dandi, Angel, etc…

Aunque estemos cansados, tengamos sueño o estemos aburridos, nunca debemos transmitirlo y por tanto cuidaremos nuestras expresiones faciales y corporales. No es de buen gusto estar mirando el reloj continuamente.





       Presentaciones. El anfitrión debe siempre recibir y despedir a sus invitados. También es el encargado de hacer las presentaciones oportunas y poner en contacto a los asistentes. Nunca utilizaremos adjetivos como “ese, éste o aquél”, generan desprecio. El más joven se presenta al de más edad y el hombre se presenta a la mujer.





           Conversaciones. De todos es sabido que no es conveniente hablar de política, futbol y religión. Evitar contar chistes, batallitas de la mili y otras anécdotas personales. Al protagonista le divierte pero para el resto puede convertirse en una pesadilla. Tampoco debemos enseñar vídeos y fotos de nuestros bebes durante su primer baño o el parto de nuestra señora.
Debemos ser moderados a la hora de hablar, beber, comer y opinar. Ojo con las bebidas espirituosas y sus efectos posteriores. En las despedidas, agradecer siempre la invitación  y las atenciones recibidas. Si queremos rizar el rizo, podemos enviar flores al anfitrión el día posterior al agasajo.

            Aperitivo. Es muy útil para iniciar la conversación, las relaciones sociales y permitir la llegada de los invitados que se retrasan. No debe ser superior a 30 minutos, lo serviremos de pie y estará compuesto de variedad de bocados fríos y calientes pequeños que podamos coger con la mano. Es importante no poner alimentos avinagrados por su incompatibilidad con los vinos ni aceitosos por su suciedad. También es importante que no coincidan con el menú que serviremos en el almuerzo o cena. Su función es la de despertar el apetito, no quitarlo.

            Decoración. Debe ser acorde a nuestro evento. Si ponemos centros de mesa, han de ser discretos, finos, elegantes y que no obstaculicen la visibilidad entre invitados. Las velas se ponen de noche para encenderlas y es mejor que sean de cera virgen porque no huelen ni humean. Si usamos flores que no sean olorosas. Acertaremos con  tendencias minimalistas con pocas gamas de color como el blanco negro y gris. En navidad se permiten otros tonalidades como el rojo, oro, y plata.

Cuidar la luz, la sala ha de estar iluminada y es aconsejable utilizar luz natural. Si la hora no lo permite, usaremos luces blandas y blancas y huiremos de la luz amarilla. Las servilletas no se colocan sobre las copas ni es conveniente hacer manualidades con ellas tipo cisnes, patos y otras aves. Es recomendable utilizar mesas auxiliares para el pan, servilletas, etc. para no dejar la mesa como si tuviéramos el síndrome de Diógenes.

La presencia de muchas personas y la ingesta de alimentos sube la temperatura, por lo que lo ideal son 21º para evitar que los señores tengan que quitarse la chaqueta (NUNCA) y que las señoras tengan frío.



¡Felices Fiestas!