En estas fechas tan entrañables tenemos
la agenda a tope de celebraciones, compromisos, almuerzos, cenas y otros
homenajes. (Dedicaré un post a los almuerzos y cenas de empresa porque no tienen desperdicio). A muchos nos toca ejercer de anfitriones y recibir en nuestros
hogares. Vamos a repasar algunos trucos sencillos y básicos para hacer un buen
papel a la hora de agasajar a nuestros invitados o de ser invitados a una
celebración:
Puntualidad.
Luis XVIII de Francia decía que “la puntualidad es la educación de los reyes”.
Aunque no seamos de sangre real, es conveniente ser puntual a nuestra cita.
Está permitido acudir cinco o diez minutos antes de la hora, pero no debemos
llegar con más tiempo de antelación. Podemos incomodar a nuestro anfitrión y entorpecer
los preparativos.
Regalos.
Es aconsejable agasajar a nuestro anfitrión con algún detalle. Los más idóneos
son: un libro, una corbata, una botella de vino, un pañuelo, flores naturales,
un centro de frutas frescas, etc. No es conveniente regalar animales (no son
juguetes, demandan cuidados posteriores); pañuelos (presagian lloros, llantos y
sofocones); cuchillos, navajas y utensilios similares (significan cortes y
rupturas) y perfumes (son muy personales). Si en la casa hay niños pequeños,
quedaremos muy bien si llevamos algún detalle infantil. A diferencia de otros
países, en España es costumbre abrir los regalos en el momento de recibirlos.
Imagen.
“Es nuestro espíritu lo que vestimos, no nuestro cuerpo” (James Laver). Debemos
recibir y asistir con una imagen aseada, adecuada y acorde a la hora y tipo de evento. Aunque en navidad queramos "vestirnos para la ocasión" y darlo todo, no vamos a la entrega de los Oscars. Los árboles de navidad lucen mejor en pinos y abetos que sobre un humano.
También es aconsejable acondicionar y equipar la casa para nuestros invitados.
Colocar los abrigos de los comensales en un guardarropa o algo similar para no
amontonarlos sobre una cama o sofá. Es muy probable que nos llevemos alguno que
no sea nuestro. No llevarse los visones de suegra o cuñadas. En los baños, no deben faltar detalles como toallas, jabón de manos, papel
higiénico y podemos incluir alguna colonia fresca.
Cuidado
con las colonias y perfumes fuertes que pueden arruinar un menú. Es recomendable usar
colonias livianas tanto las señoras como los caballeros. Abtenerse de Varon Dandi, Angel, etc…
Aunque
estemos cansados, tengamos sueño o estemos aburridos, nunca debemos
transmitirlo y por tanto cuidaremos nuestras expresiones faciales y corporales.
No es de buen gusto estar mirando el reloj continuamente.
Presentaciones. El anfitrión debe
siempre recibir y despedir a sus invitados. También es el encargado de hacer
las presentaciones oportunas y poner en contacto a los asistentes. Nunca
utilizaremos adjetivos como “ese, éste o aquél”, generan desprecio. El más joven
se presenta al de más edad y el hombre se presenta a la mujer.
Conversaciones. De todos es sabido que
no es conveniente hablar de política, futbol y religión. Evitar contar chistes,
batallitas de la mili y otras anécdotas personales. Al protagonista le divierte
pero para el resto puede convertirse en una pesadilla. Tampoco debemos enseñar vídeos y fotos de nuestros bebes durante su primer baño o el parto de nuestra señora.
Debemos ser moderados a la
hora de hablar, beber, comer y opinar. Ojo con las bebidas espirituosas y sus
efectos posteriores. En las despedidas, agradecer siempre la invitación y las atenciones recibidas. Si queremos rizar
el rizo, podemos enviar flores al anfitrión el día posterior al agasajo.
Aperitivo.
Es muy útil para iniciar la conversación, las relaciones sociales y permitir la
llegada de los invitados que se retrasan. No debe ser superior a 30 minutos, lo
serviremos de pie y estará compuesto de variedad de bocados fríos y calientes
pequeños que podamos coger con la mano. Es importante no poner alimentos
avinagrados por su incompatibilidad con los vinos ni aceitosos por su suciedad.
También es importante que no coincidan con el menú que serviremos en el
almuerzo o cena. Su función es la de despertar el apetito, no quitarlo.
Decoración.
Debe ser acorde a nuestro evento. Si ponemos centros de mesa, han de ser
discretos, finos, elegantes y que no obstaculicen la visibilidad entre
invitados. Las velas se ponen de noche para encenderlas y es mejor que sean de
cera virgen porque no huelen ni humean. Si usamos flores que no sean olorosas.
Acertaremos con tendencias minimalistas
con pocas gamas de color como el blanco negro y gris. En navidad se permiten
otros tonalidades como el rojo, oro, y plata.
Cuidar
la luz, la sala ha de estar iluminada y es aconsejable utilizar luz natural. Si
la hora no lo permite, usaremos luces blandas y blancas y huiremos de la luz
amarilla. Las servilletas no se colocan sobre las copas ni es conveniente hacer
manualidades con ellas tipo cisnes, patos y otras aves. Es recomendable
utilizar mesas auxiliares para el pan, servilletas, etc. para no dejar la mesa como si tuviéramos el síndrome de Diógenes.
La
presencia de muchas personas y la ingesta de alimentos sube la temperatura, por
lo que lo ideal son 21º para evitar que los señores tengan que quitarse la
chaqueta (NUNCA) y que las señoras tengan frío.
¡Felices Fiestas!